El recorrido empieza en el parque del Congost y resigue el margen izquierdo del río Congost por el paseo Fluvial. En el muro de hormigón de la canalización podemos ver los paneles de la exposición “Mira el Congost!”, con información sobre el río y su biodiversidad. A continuación, después de pasar por debajo de la carretera, andaremos cerca de las pistas de atletismo de Granollers. Luego, llegaremos al parque ferial (Parc Firal), un espacio verde que acoge grandes eventos.

Can Bassa es una de las masías más antiguas de Palou. Se encuentra aislada, pero cerca del antiguo camino real o camino de Vic, en la llanura de Palou, rodeada de campos de cultivos. Esta masía da nombre al barrio porque las tierras y el camino llevaban su nombre.

En la masía de Can Bassa podemos observar uno de los puntos de interés dedicado al agua: una balsa de agua. Este tipo de balsas, normalmente de hormigón, se utilizan para aprovechar el agua. En muchos casos sirven para recoger las aguas pluviales y, así, poder tener un reservorio en caso de sequía o necesidad extraordinaria. Muchas de estas balsas se construyeron cuando Palou producía cáñamo.

La denominada Torre de les Aigües es en realidad un conjunto de construcciones que podrían tener su origen en una torre de defensa. El nombre proviene de la capilla con una imagen de la virgen de las Nieves, invocada para los beneficios de la lluvia, situada en el interior de la casa.

La casa está rodeada de campos y destacan las dos grandes balsas redondas de hormigón que todavía disponen de agua para regar campos y cultivos.

La iglesia de Sant Julià está protegida como Bien Cultural de Interés Local. De la iglesia original románica, consagrada en el año 1103, no queda nada. La actual, del siglo XVI, es un edificio gótico tardío, de una sola nave con bóveda de crucería y capillas laterales.

En el paseo del Dr. Fàbregas se hallan las escuelas, las casas de los maestros y el antiguo Ayuntamiento, obra de Jeroni Martorell, arquitecto formado con los arquitectos modernistas. Las escuelas se encuentran en un edificio aislado de estructura alargada de planta baja, exponente del estilo novecentista aplicado a una función pública y pedagógica. El antiguo Ayuntamiento se encuentra en el cruce del camino real y del paseo del Dr. Fàbregas. El edificio ha sido rehabilitado como centro cívico.

En la iglesia, al lado de una pequeña zona de descanso, sale un pequeño camino sin asfaltar, el camino de Can Mayol, hacia Can Giró y Can Mayol. Si tomamos el camino en dirección a Can Giró, veremos los lavaderos. En dirección a Can Mayol, podremos ver una reguera, el lavadero y la noria.

Avanzando por el camino real, llegaremos a la masía del Junyent, donde se pueden ver unas balsas, una acequia y el lavadero, uno de los más grandes que se conservan.

Esta masía fue un hostal, situado dentro de la red de hostales que cubrían los antiguos caminos reales para dar reposo, donde se habían alojado arrieros y caminantes durante siglos.

Continuamos por el camino real hasta la carretera, pasando por Can Malla y sus huertos, y reseguimos la carretera por el margen para ir a buscar el río. Una vez allí, pasamos por debajo del puente y lo seguimos hacia el sur para visitar Can Cabanyes.

En el espacio encontramos una zona boscosa, donde predominan los pinos y las encinas, un centro de educación ambiental y una ciénaga construida para mejorar la calidad del agua, que regresa al río procedente de la depuradora. Podemos dar una vuelta por las ciénagas del espacio natural para observarlas desde los diversos ángulos que nos ofrecen las instalaciones.

Para volver a nuestro punto de salida, podemos reseguir la orilla oeste del río en dirección al norte, hasta llegar a la altura del punto de salida, cruzando la pasadera de madera que hay detrás de la zona de los institutos.